Autor:
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El dirigente y el sentido de la realidad.
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Título:
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Horacio Maturi.
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Fuente:
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Idioma:
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Es.
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Texto:
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El
dirigente una vez trazados los
objetivos, establecidas las metas y adoptada la decisión política
correspondiente, procede a elegir los medios que permitan lograrlas. Entre la
diversidad de medios que coadyuvan a la consecución eficiente de los
objetivos trazados por la política
-cualquiera sea el ámbito de su desarrollo: gubernamental, empresario,
sindical, etc.-, adquieren relieves de
significación cuanto se vincula con la planeación y programación en las cuales, con una multiplicidad de
recursos científicos y técnicos
extensamente conocidos y en curso de creciente perfeccionamiento,
puede llegarse a la optimización de los factores que participan en cada caso
los que, en la generalidad de las veces, constituyen valiosísima ayuda. De
ahí la ventaja de considerarlos en
toda circunstancia que exija decidir sobre la instrumentación de la decisión
política. Pero es importante que el político sepa que su adopción no significa que una vez establecidos, la acción se
desarrollará conforme a lo
previsto de manera mecánica. ¿Por qué?
Porque en la consecución efectiva de
los objetivos es necesario actuar ante
realidades concretas que conducen a la corrección de las decisiones
adoptadas. Por eso las planificaciones y programas trazados científica y
técnicamente muchas veces no resultan
efectivos cuando la política no se conduce con la flexibilidad
necesaria para adaptarse a las modificaciones que se manifiestan en la
dinámica de la realidad.
En
esta gravita acentuadamente lo improvisto de la actitud ajena, las maniobras,
las sorpresas. Por eso, su desarrollo no puede circunscribirse a lo previsto en una programación ni a los
conocimientos teóricos.
La
política por ser fundamentalmente acción
y tener que desenvolverse en el tiempo y en el espacio y actuar con
hombres, voluntades y pasiones, tiene que enfrentar las contingencias de su dinámica, en cuyo
desarrollo debe salvar constantemente los inconvenientes que se le presentan,
entre los que existen situaciones
previstas e imprevistas que inducen a la alteración de los objetivos y las políticas trazadas.
Las
consideraciones expuestas procuran
advertir lo decisivo que es para un
dirigente el sentido de LA REALIDAD. Ellas están muy distantes de querer significar que, cuanto se
relaciona con la planificación, programación y control de la política, carece
de valor. Pensar así seria caer en un error
igual que pensar que es posible actuar con una ciega adhesión a ellos.
Los
recursos técnicos mencionados son
auxiliares valiosísimos para la instrumentación de la política; lo importante
que esta sepa utilizarlos de la mejor
manera posible. De ahí que la política, que es existencial y debe actuar ante situaciones concretas,
constituye también una disciplina práctica o arte que solamente puede
desarrollarse convenientemente cuando
el que la ejerce dispone de una diversidad de conocimientos sobre las
manifestaciones más importantes de la sociedad que le toca conducir , en
grado tal que le permitan obtener una visión integral sobre su realidad y la
asistencia técnica que le ayude a determinar objetivos y metas y a trazar políticas. Pero es muy importante
destacar que los conocimientos teóricos y los recursos técnicos debe
evaluarlos con imaginación, intuición, aptitudes y experiencias. Además, y
esto es muy importante con prudencia,
sabiduría y equilibrio.
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