Autor:
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Carlos Deguer
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Título:
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¿Por qué publicar?
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Fuente:
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Idioma:
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Es.
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Texto:
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Tendemos a proclamar que Dios atiende en Buenos Aires y a indignarnos pues no tenemos oportunidad de
publicar en las revistas habituales de nuestras especialidades. Tenemos a
mano o mejor dicho a disposición nuestra revista científica, incorporada a
BIREME, index médico Latinoamericano y con los artículos online desde 1994.
Pocas instituciones han podido mantener su propia herramienta de divulgación
científica.
La actividad científica es un modo de pensar, de hacer y de sentir.
Tiene que ver con una manera particular percibir e interpretar la realidad,
una mezcla de razón, intuición y emoción, de ilusión y de pasión. Es un
proceso serio y sistematizado de producción de conocimientos. En esto
concurren los esfuerzos personales del investigador y los compromisos y
apoyos institucionales de las organizaciones que los acogen. Tiene al menos
tres dimensiones fundamentales: 1) la cultura de investigación de las
personas y de las organizaciones, 2) el logro de productos científicos
mediante el desarrollo de procesos competitivos y de calidad basados en
competencias y dominios teóricos y metodológicos, y 3) la colocación de esos
productos al servicio de la sociedad mediante la comunicación de la ciencia.
El conocimiento del proceso de la investigación nos ayudará a entender
mejor y a evaluar más críticamente los artículos de investigación publicados
en las revistas profesionales de circulación internacional. Y nos ayudará a
decidir si aceptamos las conclusiones que los autores alcanzaron sobre la
base de sus hallazgos (1).
Siempre ha sido más fácil reproducir que producir el conocimiento. Y
esta, es una trampa en la que muchos caemos: pensar que es mejor, por barato,
reproducir que producir. Hay un gran atraso en el valor de la información y
de la comunicación. La ignorancia es atrevida y mucha gente aún en lo
académico no cree en los investigadores o científicos. Es que para la mayoría
de nosotros sigue siendo más fácil trabajar asistencialmente y dar
clases, que investigar.
Ya sabemos que se investiga bajo una cultura de investigación, con
demostración de competencias, y con acciones comunicacionales: conferencias,
ponencias, artículos, foros. Ciencia que no comunica no existe porque, como
en muchos campos de la vida social y humana, las cosas solo existen a partir
de que existan en el mundo de la comunicación. Pensar que la comunicación es
una actividad complementaria a la ciencia es una de las mayores
equivocaciones en el actual mundo científico: producimos a partir de la
comunicación y existimos solo en el mundo de la comunicación.
Parte del nuevo «saber ser» de investigador puede estar relacionado
con el reconocimiento, entendimiento y reacomodo ante nuevas reglas de juego:
1) publicas o pereces, 2) hay que aprender urgentemente a producir y colocar
los artículos que antes no sabíamos hacer, 3) hay que aprender a establecer
nuevos "join-venture" en los equipos, 4) investigadores y
seguidores deben aprender a ser cooperativos intradepartamentales para ser
competitivos a nivel institucional, 5) hay que desarrollar una nueva
inteligencia informacional y comunicacional para sobrevivir en esta sociedad
global de la información y de las comunicaciones, y 6) hay que recuperar el
valor de lo humano y de la persona como el sentido fundamental que orienta la
actividad de investigación (2).
Finalmente reproduzco una frase del Director/Editor de los Archivos
Argentinos de Pediatría, Dr. Ceriani Cernadas (3) "¿Por qué es bueno investigar?". Las
reflexiones sobre esta pregunta están destinadas en especial a los médicos
que realizan su práctica profesional en la atención de pacientes y sin
establecer un orden de importancia. Investigar es bueno porque amplía el
conocimiento, porque mejora el cuidado de los pacientes, porque induce a
desarrollar el pensamiento lógico que es aplicable a todas las actividades de
nuestra vida, porque aumenta la confianza en uno mismo (autoestima), porque
nos ayuda a ser más rigurosos, porque nos hace más racionales, porque
contribuye a paliar las desventuras de nuestra profesión a través de mejorar
la satisfacción espiritual de ejercerla, porque hacer algo con un
significado, una meta, permite combatir la frustración, porque trabajar en
grupo incrementa la sociabilización y el compañerismo, y porque es un ejemplo
que otros pueden imitar. La revista del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá
tiene un lema: Publicar es sinónimo de esfuerzo, de estudio, de sabiduría.
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