Autor:
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Ana Espinosa
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Título:
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Salud Mental
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Fuente:
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Idioma:
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Es.
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Texto:
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La Organización Mundial de la Salud (OMS), conmemora cada 7 de abril el aniversario de
su fundación. Utiliza esa oportunidad para difundir temas que movilicen a
nivel global a toda la población. En el año 2017 eligió el lema “Hablemos de
la Depresión”.
La dimensión de la problemática de esta
enfermedad podemos dimensionarla según el último reporte de la OMS. Más de
300 millones de personas en el mundo sufren depresión, siendo la principal
causa de discapacidad, y más de 260 millones tienen trastornos de ansiedad.
Estima, además, que los trastornos por depresión y por ansiedad cuestan
anualmente a la economía mundial U$S 1 billón en pérdida de productividad.
Por ello la OMS, en el 10 de octubre de 2017 en el Día de la Salud Mental,
para concientizar aún más, propuso el lema “La salud mental en el lugar de
trabajo”.
La OMS define a la depresión como una enfermedad
caracterizada por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las
actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para
llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.
La depresión es una afección que no discrimina y
afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales y de todos los
países. Provoca desde angustia hasta la capacidad para llevar a cabo incluso
las tareas diarias más simples. En los casos más graves, la depresión puede
provocar el suicidio, siendo la segunda causa de muerte entre las personas de
15 a 29 años de edad. Alrededor de 800.000
personas se suicidan por año, una cifra alarmante.
No obstante, la depresión se puede prevenir y
tratar. Una mejor comprensión de qué es la depresión contribuirá a reducir la
estigmatización asociada a la enfermedad y conllevará un aumento del número
de personas que piden ayuda.
La campaña durante el año es y ha sido muy
importante, haciendo énfasis que puede
afectar a cualquier persona. Se han utilizado todos los medios y redes
sociales para que llegue a la mayor cantidad de público posible. Igualmente,
la Organización Mundial de la Salud tiene especial atención en tres grupos
afectados de manera desproporcionada: los jóvenes de 15 a 24 años, las
mujeres en edad de procrear (especialmente tras el nacimiento de un hijo) y
las personas de edad avanzada (más de 60).
Un aspecto determinante de la carga sanitaria de
estas enfermedades son las falencias en el cuidado y tratamiento de los
pacientes. Entre el 30% y el 50% de quienes sufren depresión acceden a un
profesional de salud y sólo entre el 8% y el 16%, a un especialista en salud
mental. Esta realidad empeora si vemos la discriminación por países. El 80%
de los afectados con enfermedades mentales viven en países de bajos y
medianos ingresos. La brecha se agrava en el acceso a la salud. En países
desarrollados menos de una tercera parte de quienes sufren afecciones
mentales recibe un tratamiento adecuado mientras que en los países en vías de desarrollo, sólo
el 10% accede al mismo.
Las soluciones ante un problema sanitario de
semejante magnitud, no siempre requieren demasiados ingresos económicos, sino
que se deben aplicar y distribuir los que se tienen inteligentemente y
desarrollar estrategias. Por ejemplo, se ha creado el Programa de acción para
superar la brecha en salud mental (mhGAP) en la OMS, con el objetivo de ayudar a los países a ampliar
la cobertura de salud para personas con trastornos mentales, neurológicos y
por consumo de sustancias mediante la asistencia de agentes sanitarios que no
son especialistas en salud mental. La depresión es una de las enfermedades
prioritarias en este programa. Utiliza una Guía de Apoyo y ya se aplica como
plan piloto en varios países.
Los recursos financieros para mejorar la atención
sanitaria de la salud mental son modestos. Se necesitan U$S 2 por persona/año
en los países de ingresos bajos y U$S 3 a 4, en los de ingresos medios para
que aumenten los servicios de salud mental. No estamos hablando de cifras
onerosas. Toda la sociedad debe involucrarse en este tema para exigirles a
las autoridades políticas y sanitarias gobernantes, ONG, etc. para lograr
este mínimo presupuesto para la salud mental. Es un derecho humano.
El aporte que puede hacer cada uno a la campaña,
puede ser desde su casa, lugar de trabajo, lugar de reuniones, grupo social. Asimismo es importante estar
atentos si conocemos a alguien con los síntomas de depresión, sobretodo si
está entre los grupos vulnerables. Acompañemos a esa persona, no estigmatizarla una vez diagnosticada su
enfermedad, es muchas veces vital como ya hemos visto anteriormente.
Recordemos que todos somos vulnerables a la depresión.
Bibliografía
1. World Health Organization
(WHO), World health day 2017.
.http://www.who.int/campaigns/world-health-day/2017/es/
2. Petracca, Gustavo Martín. Ansiedad y
depresión, causas de incapacidad e infelicidad. https://www.clarin.com/buena-vida/psico/ansiedad-depresion-causas-incapacidad-infelicidad_0_Syzfi6yd.html
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Editorial
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